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JESUS DEL CONSUELO


Las procesiones como un instrumento para evangelización.

Cucuruchos radicales, en esta Cuaresma y Semana Santa quiero compartir contigo un articulo el cual fuera publicado en el 2008 en el periódico “Circulo de Dios”, en torno a la vivencia de las procesiones como jóvenes católicos que somos.

Las once de la mañana, de sábado de “Ramos” o sábado del “Consuelo”, y yo… esperando la salida de la procesión de la “Reco”... se escucha a lo lejos el sonar de la marcha, Jesús del Consuelo, de Fray Miguel Ángel Murcia, que significaba que el anda, se ha levantado. Mientras tanto afuera, miles de personas, devotos feligreses, esperando la bendición de la procesión. ¡Pero a quien veo! El cardenal, junto al párroco del Templo Recoleto, coordinando los pasos del vía crucis, junto a los estandartes.

El olor a Incienso, purifican la solemnidad del cortejo procesional, las alfombras con mensajes del único hombre que ha dado todo por nosotros... y de repente, escuche la “Granadera”, me arrodille y la bendición se me dió, al ver la salida de la bella procesión, “Jesús Nazareno del Consuelo”, con gran alegría y devoción... iniciaba su recorrido.

El mensaje de la procesión se podía observar rápidamente, “Velad porque no sabéis el día ni la hora”, al ver esta leyenda, me acordé de la parábola de las diez vírgenes y sobresalía que en la parte de adelante del anda, veía la celebración del banquete nupcial, y las vírgenes necias con las lámparas apagadas y queriendo entrar al banquete. Al centro del anda la Consagrada imagen de Jesús Nazareno del Consuelo, sobre un conjunto de nubes, con túnica color café y una cruz sencilla y rustica, rodeándole las vírgenes prudentes con lámparas encendidas, y portando el sol, la luna, un reloj de arena y un calendario antiguo, en representación simbólica de que nadie sabe si la venida del esposo será en el amanecer, al medio día o por la noche y mucho menos el día ni la hora. En la parte de atrás del anda, una mesa servida y una fuente que representa la pureza de nuestras acciones, y al final vi el mensaje con la pregunta ¿Estáis Preparados?... Me puse a reflexionar un poco y luego dije: ¿Estoy realmente preparado?

Mi turno de cargar la procesión se acercaba, mi corazón se acelera ante la majestuosidad que rodea la pureza de conmemorar este acto, que gracias a Dios este año cumplo 5 años de llevar en hombros. Estaba cerca del cerrito del Carmen cuando mis ojos ven el paso de la procesión del Niño Jesús de la Demanda, de la iglesia de la Merced y recordé que desde pequeño, mis papas me inculcaron la tradición de cargar al niñito Jesús. El sentimiento era tal... Cuando recuerdo ¡Mi turno, mi turno!, y es que ya me tocaba cargar.

Me coloque en la fila derecha, y me toco el brazo 48, ¡Qué casualidad! Justo, debajo de la imagen de Jesús. Jóvenes créanme es una gran emoción este pequeño instante, en donde mi mente gira en torno a lo que Jesús sufrió por mi y por ti. Los músicos de la banda, entonan la marcha “Paso a Paso”, mientras tanto yo... en esa bendición que Jesús me regala, llevar en hombros el madero.

Al terminar mi turno, todos los hermanos, sin conocernos agradecemos a Dios por esta bella oportunidad... esperando vernos el próximo año.

Las procesiones, son instrumentos de evangelización, porque nos recuerdan ciertos pasajes y momentos que Jesús vivió, y esa es una manera de poder hacer cumplir el mandamiento que él nos dejo, “Vayan por todo el mundo y proclamen la buena nueva”.

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